
El ingenio de Fernando Alonso al volante llama la atención, y con razón. Obligado a compensar las debilidades subyacentes de Aston Martin, su ingeniosa conducción ha enmascarado las deficiencias del AMR24 y ha ayudado al equipo a mantenerse competitivo. Pero esta creatividad revela un problema preocupante en el coche: cuando el piloto.
Los coches de F1 con efecto suelo son notoriamente sensibles. Incluso el más mínimo error de diseño o configuración puede llevar el rendimiento al límite, provocando inestabilidad, y en 2024, Aston Martin se encontró precisamente en ese filo.
Alonso ha dado con la clave: el AMR24 opera en un margen estrecho: velocidad en línea recta, equilibrio aerodinámico, paso por curva; todo exige una precisión milimétrica. Si se sale de esa ventana, los tiempos de vuelta se desploman.
Pero en circuitos que ponen a prueba los límites, como Imola o Monza, el AMR24 carece de esa zona de amortiguación. Por lo tanto, Alonso debe adaptarse al instante, ajustando su conducción al límite de lo que el coche puede soportar.
Podría decirse que la mayor debilidad de Aston Martin ha sido la velocidad en recta. A pesar de comenzar la temporada 2023 con podios, el equipo retrocedió en 2024 debido al estancamiento del desarrollo aerodinámico y a la alta resistencia.
Alonso describió el círculo vicioso: para ser competitivos en las rectas, necesitan alerones traseros bajos, pero eso reduce la carga aerodinámica en las curvas, volviendo al coche inestable. Es un dilema de configuración que deja poco margen de error. Y cuando el coche se ve comprometido, Alonso debe recuperar tiempo con una audacia calculada.
En una reveladora entrevista, Alonso comparó su situación con la de sus días en el karting: corría con un equipo deficiente, improvisando soluciones porque no tenía otra opción. Hoy, compitiendo contra equipos con infraestructura y herramientas aerodinámicas superiores, su adaptabilidad mantiene a Aston Martin a flote, pero también subraya lo lejos que está el equipo.
Afirmó sin rodeos que tiene “armas ligeramente inferiores” en pista, una evaluación brutalmente honesta que dice mucho sobre las limitaciones del coche.
Incluso con las mejoras a mitad de temporada, el ritmo del AMR24 no cedió. El equipo recorrió tres carreras (Austria, Hungría, Bélgica) sin apenas mejorar su rendimiento.
El director del equipo, Mike Krack, reconoció que con cinco carreras en seis semanas, los ciclos de desarrollo se ralentizaron drásticamente. ¿El resultado? Alonso tuvo que inventar soluciones dinámicas sobre la marcha, en lugar de ingenieros que implementaran mejoras consistentes. 5. Conducción innovadora para compensar
¿En qué se refleja la inventiva de Alonso? Es un mosaico de decisiones instantáneas: modulación precisa del acelerador en mitad de curva para evitar el sobreviraje, sutiles ajustes aerodinámicos mediante el balanceo de frenos y un despliegue estratégico del combustible y el ERS para compensar la resistencia en línea recta.
Estos microajustes (altura de la carrocería, temperatura de los neumáticos, despliegue del sistema híbrido) se suman. A falta de actualizaciones aerodinámicas, la creatividad de Alonso en carrera lleva el rendimiento del AMR24 más allá de sus capacidades nominales.
A pesar de los desafíos, hay esperanza en el horizonte. Aston Martin está reforzando sus instalaciones:
Un nuevo túnel de viento para solucionar los problemas de correlación entre los modelos y los datos de la pista.
Una fábrica renovada y una reestructuración del equipo directivo con contrataciones como Adrian Newey y Andy Cowell.
Como señaló Alonso, esta inversión no resolverá todo de la noche a la mañana, pero sienta las bases para un desarrollo más sólido a partir de 2025.
Fernando Alonso es un maestro en ocultar las debilidades: su experiencia, inteligencia táctica y sensibilidad al coche le permiten obtener el máximo rendimiento incluso cuando la maquinaria no está a su alcance. Pero ese no es un modelo sostenible a largo plazo. La conducción solo compensa hasta cierto punto antes de que el coche tenga que rendir.
Para la próxima temporada, Aston Martin debe ampliar el margen operativo del AMR, reducir la resistencia aerodinámica y reforzar la estabilidad para que la maestría de Alonso se convierta en el amplificador, no en la red de seguridad.
La inventiva de Fernando Alonso en Aston Martin es un recurso provisional: brillante y emocionante, pero que en última instancia refuerza una realidad preocupante: el AMR24 tiene dificultades donde no debería. Un margen de ajuste estrecho, rectas con mucha resistencia, una actualización retrasada.
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